Alcanza lo que mereces y
llegará lo que necesitas. ¿Habías pensado en esta sencilla ecuación en algún
momento? No hay un entramado mágico tras ello, en realidad, es un simple
autodescubrimiento capaz de guiarnos en cada uno de nuestros pasos, para
alcanzar logros. Aquello que de verdad necesitamos.
Piensa en tu día a día.
Lleno de presiones, obligaciones y objetivos que cumplir. Te hallas tan
arraigado a estas realidades que te olvidas de atender algo esencial. A ti
mismo. A lo que mereces, a lo que necesitas.
En el momento en que te das cuenta que mereces
respeto, alzas tu voz y llega lo que necesitas: reconocimiento. En el momento
en que descubres que mereces ser feliz, pones en marcha el motor del cambio y
poco a poco, llega el equilibrio, la plenitud.
Ahora bien, sabemos que
todos estos principios son muy difíciles de conseguir. En el día a día nos
encontramos muy ligados, muy apegados a cosas y personas. Sabes que necesitas
más reconocimiento por parte de tu pareja, de tu familia, pero… ¿Cómo
alcanzarlo si ellos no “dan el paso”?
En realidad, el cambio
siempre debe partir de nosotros mismos. Las personas no cambian. Por lo tanto,
eres tú quien debe alcanzar lo que mereces dentro de tus posibilidades, porque
cualquier movimiento, o cambio de actitud, por pequeño que sea, puede generar
grandes cosas.
Al destino no se le espera: se crea
Tú eres
el artífice de tu propia vida. Mientras avanzas y lo creas, el propio
camino te irá trayendo obstáculos que superar y de los que aprender. Ahora
bien, si no tienes claro aquello que mereces, es probable que te acabes
perdiendo.
Si hay algo que mereces es ser feliz. Así pues, no te
quedes esperando a ver qué hace el destino contigo, levántate y ve
construyéndolo mediante tus actos y tus pensamientos.
Hay
quien no tiene muy claro aquello que de verdad merece. Deja
pasar el tiempo y la vida va hilando sus logros y también sus tragedias. Si no
te tienes claro que mereces dignidad, libertad y derecho a disponer de tu
crecimiento personal, es probable que terceras personas vulneren esos principios
sin pedirte permiso.
No debemos permitirlo. Si
hay una necesidad esencial que debes cultivar en el día a día, es tener muy
claro todo lo que de verdad mereces. Y no te equivoques, el permitirte aquello
que necesitas y mereces no es ser egoísta. Es mirar por ti, es respetarte, es
cuidar de tu autoestima.
Mereces ser tú mismo
cada dia de tu vida: escucha tu voz interior
¿Cuándo fue la última vez
que hablaste contigo mismo? ¿Crees que es una conversación inútil? La verdad es
que cuesta creerlo, pero en realidad, son muy pocas las veces en las que
llegamos a hacer un auténtico diálogo interno.
-La mente suele estar llena
de “ruido”. Los pensamientos limitantes, las preocupaciones, el recordar los
errores del día, las palabras dichas o no dichas, deja poco espacio para
nuestra voz interior.
-Dedica una o dos horas al
día para ti mismo. Debe ser tu espacio personal, privado. Relájate y empieza
primero por preguntarte cómo te sientes. Después, plantéate otra pregunta: ¿Qué
necesitas?
-Por último, afronta otra
cuestión: ¿piensas que estás siendo tú mismo cada día de tu vida? En ocasiones,
anteponemos las necesidades ajenas a las propias, de forma que poco a poco, nos
vamos quedando en un segundo plano donde llegar a ser “una sombra de nosotros
mismos”. Cuidado.
Para conseguir lo
que necesitas primero debes permitirte lo que mereces
Es así de sencillo. Para
cumplir una necesidad primero hay que ser capaz de abrir una puerta. Nadie va a
saciar su sed si no busca una fuente, o no sale al exterior para aguardar la
llegada de la lluvia.
A este mundo llegamos sin nada y nos vamos de igual
forma. Deja que todo ese trascurso llamado vida fluya con integridad y
felicidad sabiendo siempre y en cada momento lo que mereces, lo que tu esencia
vital necesita.
Como ves, es nuestra propia fuerza interior, determinación y
voluntad las que deben tener muy claro en cada momento dónde están los límites
y cuál es el camino. Si alguien te infravalora, usa la ironía para
atacarte o se prioriza cada día dejándote en segundo plano, está cruzando el
límite de lo que es permisible. No lo mereces.
Ten siempre muy en cuenta
estos sencillos principios:
-Tu pensamiento es quien
crea lo que te envuelve: no es lo que te pasa es cómo lo piensas.
-Piensa de una forma más
libre, más abierta, evita los miedos, las negaciones, la indecisión… Amplia
perspectivas, sal de tu zona de confort cotidiana.
-¿Piensas que mereces ser
independiente, tener tu “lugar en el mundo”? Márcate un propósito cada día y
supérate. Al final llegará lo que necesitas: tu propio reconocimiento y satisfacción
personal.
-¿Mereces a alguien que te
quiera de verdad? Empieza siendo primero la persona que tú deseas ser. Cuando
te sientas orgulloso de ti mismo, atraerás a la persona que de verdad necesita
tu corazón.
-¿Mereces ser feliz?
Entonces rompe barreras, aléjate de quien te hace daño, vive nuevas
experiencias y, día a día, llegará lo que necesitas: el verdadero bienestar. La
plenitud personal.
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