Nuestro pasado define
nuestro presente en muchos aspectos, así como nuestro presente hará lo propio
con nuestro futuro, por lo que debemos prestar especial atención a lo que
queremos que sea nuestra vida, concentrándonos en hacer de nuestro presente
aquello que nos acerque a donde queremos estar el día de mañana.
Muchas veces el pasado no
solo se comporta como tal, sino que tortuosamente se apodera de nuestro
presente, invirtiendo nuestro preciado tiempo pensando, recordando, añorando o
rechazando nuestras vivencias anteriores y resulta que esto lo que hace es
restarnos posibilidades de actuar en el único momento donde tenemos la
capacidad de hacerlo, que es justo ahora, nada de los que nos haya ocurrido
puede ser cambiado y somos solo nosotros los que podemos decidir si queremos
vivir en una ilusión temporal o aprovechar nuestras experiencias para verlas
objetivamente, tomar la lección y seguir hacia adelante.
Siempre hay que saber cuándo una etapa llega a su fin.
Cerrando ci-clos, cerrando puertas, terminando capítulos; no importa el nombre
que le demos, lo que importa es dejar en el pasado los momentos de la vida que
ya se han acabado.― Paulo Coelho
Escoger cómo mirar hacia
atrás es todo un arte, reconocer que somos seres cambiantes, que lo que ayer
hicimos de una manera, hoy podríamos fácilmente realizarlo de otra totalmente
diferente, aprender a soltar, a dejar ir, perdonar, aceptar, agradecer las cosas
bellas que vivimos, sin culparnos hoy por no tenerlas, por no haberlas
mantenido, solo reconociendo que las situaciones nos enseñan y que cada una de
ellas nos va formando, nos va cargando de experiencias, nos va haciendo tener
un criterio diferente para tomar nuestras decisiones, nos liberará como seres
humanos de sentimientos y emociones que nos anclan al pasado y no nos permiten
avanzar.
Definitivamente la vida
transcurre de forma enigmática, cargada de sorpresas, algunas gratas, otras no
tanto, pero eso es justamente lo más interesante de este “juego”, tenemos
infinitas posibilidades para vivir, para crecer, para madurar, para aprender,
está en nosotros alinearnos con las vías de desarrollo que nos permitan hacer
de nuestra vida aquello que queremos y seleccionar los mecanismos que resulten
más beneficiosos para nosotros.
Mientras más conscientes
estemos de que somos responsables de nuestras vidas, más fácil se nos hará
tornarla grata, mientras mayor conexión tengamos con nosotros mismos, más
entendimiento tendremos de nuestro proceso, sabremos qué es lo realmente
trascendente y podremos usar las herramientas naturales con las que contamos
para resolver y enfrentar las diversas situaciones a las que nos vemos
expuestos.
No te aferres a las cosas de
tu pasado, libérate de los apegos, ésta definitivamente es la clave de la
felicidad, cualquier apego produce sufrimiento, aunque se hable de apegos sanos
o naturales, todos ellos generan sufrimiento, por temor a la pérdida, por
necesidad de más de algo o alguien, por frustración, por miedo al cambio, etc,
por eso céntrate en tu presente, observa, disfruta, quiere, ama, ríe, mientras
más desapegado estés, mayor placer sentirás viviendo tu vida.
El desapego significa no sentir ningún remordimiento
por el pasado ni miedo por el futuro; dejar que la vida siga su curso sin
intentar interferir en su movimiento y cambio, sin intentar prolongar las cosas
placenteras ni provocar la desaparición de las desagradables. Actuar de este
modo es moverse al ritmo de la vida, estar en perfecta armonía con su música
cambiante, a esto se llama iluminación. ― Alan Watts
No permitas que tu mente y
tu ego perturben tu vida, toma el control de ella y permítete hacer fluir de
forma natural todas las experiencias de tu pasado, solo voltea a mirarlas de
forma práctica, no de forma angustiante, porque sencillamente no vale la pena…
Prepárate para silenciar tu mente un poco mientras disfrutas de tu presente y
te preparas para vivir lo mejor de tu vida.
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