No dejes de ser tú para gustarle a alguien más…

La atracción en el ser humano es parte de la emoción de la vida, nos sentimos atraídos por personas, situaciones, objetos y muchas cosas que se presentan en nuestra vida, sin embargo, cuando de relaciones se trata, hay quienes pierden hasta su identidad, únicamente para llegar a llenar las expectativas de esa persona por la cual se sienten atraídos.
Todo en la vida es pasajero, menos la vida misma en esencia, dejar de ser nosotros mismos por convertirnos en el ideal de alguien más, no solo va contra nosotros mismos, sino que además termina por hacerse un falso amor, una relación insostenible, pues has enamorado a una persona, partiendo de quien no eres, sino de quien esa persona quisiera que fueras.

Eres imperfecto, de manera permanente e inevitablemente imperfecto. Y eres hermoso. Amy Bloom


Sabemos que al inicio de las relaciones, todo parece fluir casi mágicamente, no es necesario mayor esfuerzo incluso para fingir, todo nos sale natural, el coqueteo, las intenciones, asumimos personalidades que pueden llegar a sorprendernos, todo obedece a ese impetuoso sentimiento que eleva nuestras pasiones y afila nuestros instintos, actuamos por naturaleza para conquistar a la persona que nos ha atraído y con quien esperamos tener alguna conexión.

Sin embargo, esta sensación no es eterna, no perdura más allá del cortejo y un poco de tiempo más según cada pareja, el caso es que tenemos necesariamente que comenzar a ser quienes somos en el día a día, manifestar nuestros gustos, nuestro carácter, lo que nos agrada y lo que no y en muchos casos, sino en todos, expresaremos cosas que evidentemente no serán del agrado de la otra persona y viceversa.

Si comienzas a entender lo que eres sin intentar cambiarlo, lo que eres se somete a una transformación. Jiddu Krishnamurti

Hasta este punto es completamente normal, es parte del conocerse y establecer una relación de pareja, el conflicto comienza cuando nos damos cuenta, que quienes somos realmente no es precisamente lo que más atrae a esa persona que está a nuestro lado, sino que hay una parte de nosotros, que no es permanente, que emergió en ese instante en el que nos conocimos y que no es necesariamente el factor común.

Ante estas situaciones tenemos dos alternativas, o comenzamos a ser quienes somos realmente, incluso siendo capaces de asumir ciertas posturas flexibles para mantener una relación sana o simplemente asumimos el papel de aquello que desea nuestra pareja, acabamos con nuestro propio criterio y pensar de las cosas y funcionamos finalmente como actores en esa relación.

El modo en que te tratas a ti mismo establece el estándar para otros. Sonya Friedman.

Esta última elección puede llegar a ser muy frustrante y agotadora, no podremos fingir por mucho tiempo, solo seremos presa del resentimiento y al final cuando nos miremos en el espejo y logremos reflejar la esencia de quienes fuimos algún día, lamentaremos el habernos dejado llevar y haber anulado a las personas que fuimos únicamente por gustarle o complacer a nuestra pareja.

No se trata de un tema de orgullo, en la pareja evidentemente es necesario un equilibrio, pero un equilibrio que nazca de la sinceridad, de la honestidad y de la apertura, si no puedes ser quien eres junto a la persona que amas, entonces no vale la pena mantenerte a su lado.

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