A veces incluso las cosas más simples pueden enseñarnos
lecciones importantes. Cuando leímos la siguiente historia, nos dimos cuenta de
lo mucho que nuestras vidas pueden ser definidas por las formas positivas o
negativas que vemos cualquier situación dada y decidimos compartirla con
ustedes.
IMAGEN: PEXELS |
Hace varios años, mi hijo de seis años y yo habíamos ido de
compras a una de esas tiendas de juguetes gigantes con juguetes apilados en el
techo. Acabábamos de llegar y en la esquina de un pasillo vi a un hombre joven,
de pelo largo y barbudo en una silla de ruedas. Debe de haber estado en un
terrible accidente porque le faltaban las piernas y su rostro estaba lleno de
cicatrices.
Justo entonces mi hijo de seis años lo vio también y dijo
en voz alta: "¡Mira a ese hombre, mamá!" Hice lo que normalmente hace
una madre y traté de callar a mi hijo, diciéndole que no era educado señalar.
Pero mi hijo dio un fuerte tirón, se liberó de mi mano, y fue corriendo por el
pasillo hacia el hombre en la silla de ruedas.
Se paró frente a él y dijo en voz alta: - ¡Qué pendiente
tan genial! ¿De dónde sacaste ese pendiente?
El joven soltó una sonrisa que iluminó su rostro. Estaba
tan sorprendido por el cumplido que brillaba de felicidad, y los dos se
quedaron allí hablando de su pendiente y otras cosas "geniales".
Me causó la impresión de toda mi vida. Sólo había visto a
un hombre horriblemente marcado en una silla de ruedas, pero mi hijo de seis
años vio a un hombre con un pendiente genial.
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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