Los sentimientos de inseguridad pueden provenir de muchas
fuentes, tanto reales como imaginarias. Puedes sentirte inseguro acerca de si
otras personas realmente están enamoradas de ti o si conseguirás mantener tu trabajo.
O simplemente puedes ser generalmente inseguro. Si la base de tu inseguridad es
real o no, la sensación puede ser incapacitante a menos que sepas manejarla. Un
nuevo estudio de la Universidad de Pekín Wenjie Yuan y Lei Wang (2016)
proporciona un paso sencillo que puedes tomar para evitar que la inseguridad se
interponga en tu felicidad y en tu salud mental.
IMAGEN: PIXGOOD |
Los autores se basan en la teoría del estrés clásico de
Hobfall (1989), Conservation of Resources (COR), que propone que la inseguridad
drena los recursos de nuestro ancho de banda mental, socavando cualquier
recurso que ya está amenazado por la pérdida o la perspectiva de pérdida. Es
difícil concentrarse en lo que debes hacer para mejorar una mala situación si
la situación misma está causando que tus recursos de afrontamiento se agoten.
La manera potencialmente fácil de poner fin a etas
inseguridades, como propone Yuan y Wang, es aumentar los niveles de optimismo.
Cuando eres optimista, tiendes a atribuir eventos que podrían tener
consecuencias negativas de una manera que reducen su valor de amenaza,
principalmente viendo esos eventos como causados por factores externos que
sin duda cambiarán para mejor. Ser optimista, en otras palabras, significa que
ves el vaso como medio lleno, y que no eres responsable de su vaciado.
Es lógico que el optimismo sea beneficioso para tu salud
mental, y los investigadores de la Universidad de Pekín sostienen que las
personas optimistas no sólo son más felices y menos ansiosas, sino que también
están mejor preparadas para manejar el estrés. Tu optimismo se convierte en un
recurso que puede a aprovechar en momentos difíciles. El efecto benéfico no es
ilimitado, bajo suficiente inseguridad real, cuando uno está en peligro durante
períodos prolongados, puede llegar a ser enteramente erosionado.
Para probar la relación entre la inseguridad, el optimismo
y la salud mental, Yuan y Wang reclutaron una muestra de 209 adultos (52 por
ciento hombres, con una edad promedio de 29) para completar los cuestionarios
en dos puntos de tiempo, con un mes de diferencia. Los investigadores
utilizaron una medida de cuatro elementos de la inseguridad general, midiendo
si los participantes sentían que todos los aspectos de su vida eran
"seguros", si se sentían generalmente inseguros en "condiciones
sociales actuales", "caminando por la calle a veces" Querían
"escapar" por sentirse amenazados.
La tendencia a atribuir el éxito y el fracaso a los eventos
externos se evaluó pidiendo a los participantes que indicaran, por ejemplo,
cuánta oportunidad causa problemas en sus relaciones con los amigos. Una
versión china de una medida de "capital psicológico" evaluó si los
participantes tienden a "mirar el lado positivo". Finalmente, la
salud mental general se midió pidiendo a los participantes que completaran un cuestionario
estándar que incluía una evaluación de su capacidad de concentración.
La predicción era que la tendencia a utilizar la atribución
externa jugaría un papel en afectar el papel del optimismo en la reducción de
los efectos de la inseguridad en la salud mental. En otras palabras, las
personas que tienden a hacer atribuciones externas podrían enfrentar
situaciones que amenazan sus sentimientos de seguridad, aprovechando el
optimismo como un recurso de afrontamiento. En cuanto a este resultado, puede
concluir que es bueno ser optimista, siempre y cuando seas es un tipo "vaso
medio lleno" de persona. Sin embargo, los autores argumentan que el
optimismo es modificable: es un estado (algo que uno puede cambiar) y no un
rasgo (parte de tu personalidad).
Escrito por Kevin Guanilo de Hoy Aprendí.
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