No conozco otra razón para el amor que amarte


Todos hemos pasado por momentos en los que hemos dudado de las relaciones de pareja, en los que nos hemos preguntado si realmente estábamos hechos para compartir nuestra vida con otra persona. Estas dudas son más frecuentes de lo que pensamos y si las encaramos y resolvemos de la forma adecuada nos permitirán afianzar nuestra relación.
 
Piensa que estos interrogantes no provienen del amor en sí, sino de la persona con la compartimos ese amor. Todos buscamos amor, y cuando no lo tenemos nuestro vacío existencial puede llegar a ser tan descorazonador que es muy fácil que nos equivoquemos intentando cubrirlo de alguna manera. De hecho, para muchas personas este vacío es una fuente enorme de ansiedad.
A veces, la cuestión no es que no sepamos dar amor, se trata más bien de que no sabemos elegir a la persona con la que compartir ese amor. Aprendemos a amar cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta, no cuando encontramos a la persona perfecta.

 Aprendemos a amar cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta, no cuando encontramos a la persona perfecta.

 “Uno está enamorado cuando se da cuenta de que otra persona es única”
-Jorge Luis Borges-

El enamoramiento dura 6 meses, el amor toda la vida
El enamoramiento es el primer paso del amor. Es tan necesario que sobre él recae la sobreexcitación hormonal neurobiológica, la base en la cual se fraguará o no una relación para toda la vida.

Para acertar en la elección de nuestro enamorado es mejor que antes sepamos ver, con cierta claridad, quiénes somos nosotros. Cualquier persona no puede ser nuestra pareja. Solo conociéndonos podremos elegir adecuadamente con quién compartir nuestra vida.
Las relaciones amorosas nos cambian. Nos cambian hasta el punto de modificar la arquitectura de nuestros cerebros. Esto es debido a que cuando amamos se produce un aprendizaje intenso en nosotros. Cuando amamos a otra persona comenzamos a mirar el mundo con los ojos del otro. Abandonamos algunos hábitos para adoptar otros de nuestra pareja, buenos o malos. Así, el cerebro extiende su idea de sí mismo para incluir al otro y pasar del “yo” al “nosotros”.

Para crear un amor que sobrepase las etapas iniciales es positivo recordar que existen diferencias entre nuestra pareja y nosotros. Cuando nuestra razón para amar es el receptor de ese amor, aceptamos sus inseguridades, sus miedos y sus puntos más oscuros, favoreciendo así una atmósfera de confianza y comprensión. Piensa que el verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro para que sea quien es.

“Amar no es solamente querer, es sobre todo comprender”
-Françoise Sagan-

Sé que eres tú, porque solo contigo amo como ama el amor
Sabremos que hemos encontrado el amor cuando la relación con la persona con la compartimos nuestros días se basa en la compatibilidad, acompañada por la química y alejada de la apariencia. La distinguiremos porque será capaz de secar hasta la última de nuestras lágrimas con su comprensión y de dibujarnos esperanzas renovadas con su sonrisa.
Amar como ama el amor es comprender más allá de las miradas, conocer los temores del otro, su deseos, sus miedos, saber cuándo siente tristeza, dolor, o saber cuándo está receptivo, alegre o feliz. Cuando amamos al otro sin reservas, se produce en nuestro cuerpo y en nuestra mente una sensación subjetiva de bienestar inigualable a otras experiencias vitales.

Según el neuropsiquiatra Daniel Siegel, de la Universidad de California, “una relación de pareja comprensiva y de apoyo mutuo es el factor más potente para predecir una vida más larga, saludable y feliz”. Si habéis encontrado esto en vuestra pareja sabréis que amar es encontrar en su felicidad la nuestra.


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