Hay personas que se caracterizan por su gran capacidad de
resiliencia. Precisamente son aquellas que tienen como arma su capacidad de
seguir a flote ante las dificultades y como principal sostén la visión de la
dificultad como aprendizaje.
Ellas saben que la inmunidad al sufrimiento es imposible
y comprenden que las tormentas que hacen a nuestros días oscuros también son
oportunidades para sobreponerse. Por lo que se arman de valor y continúan,
teniendo como mantra proseguir para crecer, a pesar de las adversidades.
Ser resiliente en el día a día
La resiliencia es un concepto que ha adquirido gran
relevancia en los últimos años. Sobre todo desde aquellas perspectivas, como la
psicología positiva, que están más interesadas en investigar cuáles son las
características que les permiten a las personas superar una adversidad, dejando
en un segundo plano la comprensión de aquellos factores que aumentan la
probabilidad de un trastorno mental.
Cuando hablamos de resiliencia solemos pensar en hechos
traumáticos, como la pérdida de un ser querido, sobrevivir a un accidente o a
situaciones de maltrato… Pero en nuestro día a día también se dan situaciones
complejas que tenemos que enfrentar. No hace falta que suceda una catástrofe,
superar cualquier dificultad cotidiana como hacer frente a las críticas,
conseguir superarse o comenzar el día con una sonrisa tras una época de
tristeza también es ser resiliente.
Todos tenemos nuestras propias batallas con las que
lidiar y nuestros propios recursos para hacerles frente de una manera u otra,
tan solo hay que descubrirlos.
Características de las personas resilientes
Hay personas que son resilientes porque han tenido un
ejemplo de resiliencia a seguir, como sus padres o un hermano, pero otras han
aprendido a lidiar y sortear las piedras del camino por sí solas: han aprendido
a partir del ensayo y error, se ha hecho fuertes a partir de sus propias
cicatrices.
Esto nos indica que la resiliencia es una habilidad que
todos podemos desarrollar y por lo tanto, practicar. Para ello, es necesario
gestionar adecuadamente nuestros pensamientos y emociones. Encauzarlos por el
canal que nos dé más control sobre ellos es fundamental.
A continuación te contamos algunas de las principales
características de las personas resilientes para que puedas comenzar a
entrenarlas.
Saben adaptarse a los cambios
Las personas resilientes tienen como los juncos la
capacidad de ser flexibles cuando el viento azota con fuerza. Saben que ir en
contra de las circunstancias las hará perder energía y optan por tener una
mente abierta ante las diferentes opiniones y circunstancias.
Se desprenden de sus viejas creencias, prejuicios e
inseguridades para vestirse con nuevos trajes que les acompañen en los momentos
de cambio. Pero no se adaptan por resignación sino porque saben que existen
otros mundos diferentes que no por ser distintos son erróneos.
Se apoyan en sus fortalezas
Las personas resilientes se conocen. Saben qué es aquello
que les hace daño y les molesta y comprenden que el soporte fundamental de su
bienestar depende de cuidarse a sí mismas.
Utilizaran sus ganas de luchar, su motivación, su
esfuerzo y sus habilidades como los cimientos para seguir adelante. Pero, sobre
todo, se respetan a sí mismas y se tienen en cuenta porque saben que conocerse
es el paso fundamental para crecer y establecer relaciones sanas con los demás.
Saben que aceptar es necesario para avanzar
Las personas resilientes saben que la aceptación es la
compañera aliada del avance y el cambio. Porque solo cuando aceptamos lo que
nos ocurre podremos comenzar a trabajar para mejorarlo. De otra manera, si lo
negamos lo único que hacemos es darle más fuerza.
Consideran que nadie es inmune al sufrimiento
Ser resiliente no quiere decir que una persona no tenga
heridas, sino que a pesar de ellas la situación adversa le ha sido instructiva
de algún modo. Ha sido capaz de aceptar el dolor y en lugar de sumergirse en
él, ha optado por aprender.
Como ves, ser resiliente puede aprenderse y entrenarse.
De hecho, tendría que ser una enseñanza fundamental en las escuelas. Siempre
vale la pena aprender estrategias para mejorar y seguir creciendo y la
resiliencia es esa capacidad que nos permite ser fuertes a pesar de que el
viento azote con fuerza, adaptándonos lo mejor posibles a los baches que
conforman las pérdidas, las decepciones, los traumas y los fracasos.
Tu también eres resiliente, no lo olvides ¿o es que no
has superado ninguna dificultad o situación en tu vida? Piensa y recuerda en
aquella vez que fuiste valiente y a pesar del miedo, te lanzaste a la piscina…
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